miércoles, 5 de noviembre de 2008

El Suicida

Se miran atraídos, primero, por un no saber. Se miran así casi sin saberse. Él a menudo gira la cabeza, pero no puede, no puede, no sabe evitar. Sentir la piel es reconocerse en un todo, todo lo que hay en el mundo lo cubre ahora. Es como si hubiese nacido para un amor así.
Cuando las cosas son oscuras la piensa. Cierra los ojos porque no soporta su propia sonrisa si la imagina. Es tal la pasión. Es tal la pasión que un encuentro sería casi redundante. Pero se viste, se prepara para ella: es posible que esté listo ya. Hace éso, gira la cabeza en la cama para saber cuánto puede estar sin extrañar.
La espera tendido, desnudo, sucio, su primera vez así, un cuerpo. Y ella curiosa, palpitando, irónica a punto de entrar;
vení, acercate, no te veo
me da vergüenza, no me vas a querer
te quiero, dejame
no puedo, no sé
tengo los ojos cerrados
me da vergüenza mi cara, mi cuerpo, yo
dale / te dejo, así
es tan frío
es mi cuerpo
tan frío
sentime, soy yo
¿quién sos?
sabés quién soy
qué hacés
sabés
no me sueltes
no te suelto
no me dejes, llevame
te llevo
no me quiero quedar
no / ya no
vos no te quedás
no
no
ya está, amor...

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