miércoles, 2 de diciembre de 2009
I
Uno no hace eso, no va caminando por el pasillo de un hospital, mirando de reojo en cada habitación, negando con la cabeza, caminando con pasos cortos, y entonces no aguantarse la indignación y volver atrás, envalentonado por el horror, y le dice al señor, discúlpeme no, pero no se da cuenta de que no le queda bien, postrado en una habitación con tanto tubito transparente entrando y saliéndole, tanta máquina tintineante, prendiendo y apagando, por qué el espectáculo, o no se da cuenta, esto de quedarse mitavivo mitamuerto, y usted familiar de turno, lagrimeando, rebozandole el capricho, acariciándolo, porque lo ví hacerlo, usted lo acaricia, es que no ve el despropósito, tanta cosa por hacer y él aquí tirado, y ya ve, usted rebozándolo, no se da cuenta acaso…
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario