Apagá la luz, vendate los ojos y escribí tratando de no pisar un renglón con otro. Podés decir lo que quieras, hacer lo que quieras, podés girar la hoja y que ahora ella también sea parte de tu texto. No hay un mínimo de caracteres, tampoco importa que sea del todo legible. Es un ejercicio, date cuenta, y cuanto menos pienses mejor.
Hay cosas que no me ven pero están.
jueves, 20 de agosto de 2009
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